Lo último que Emma Harrison quiere es asistir a otra fiesta, y mucho menos una en el trabajo. Después de lanzar la celebración anual de la vida (por el aniversario de la muerte de su prometido) con amigos cercanos, por fin ha conseguido el coraje de tomar el asunto en sus propias manos y ser madre. Convencer, a un poco embriagado mejor amigo, Connor, para ser su donante de esperma fue mucho más fácil de lo que pensado, y todo lo que ahora queda es iniciar el proceso. Pero por la insistencia de su mejor amiga y compañera de trabajo, Casey, decide hacer acto de presencia en la fiesta de Navidad de la compañía en nombre de su nuevo jefe.
Ni Aidan ni Emma podían imaginar lo que el destino les guardaba en la fiesta.
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